Episodio 03: El desastre de Palomares (1966)
El accidente de Palomares ocurrió el 17 de enero de 1966, cuando un bombardero B-52 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos colisionó con un avión cisterna KC-135 durante una maniobra de reabastecimiento en el aire sobre la costa de España. La colisión provocó la muerte de siete tripulantes y la caída de cuatro bombas termonucleares sobre la zona rural de Palomares, en la provincia de Almería. Aunque no se produjo una detonación nuclear, dos de las bombas sufrieron la ruptura de su carga convencional, dispersando plutonio radiactivo en la tierra y generando una crisis diplomática entre Estados Unidos y España.
El accidente ocurrió mientras el B-52 realizaba una operación de rutina como parte de la estrategia de disuasión nuclear de la Guerra Fría. El avión cisterna explotó tras la colisión, matando a toda su tripulación, mientras que el B-52 quedó fuera de control y se desintegró en el aire. Tres de las bombas cayeron en tierra, y una fue recuperada intacta. Sin embargo, dos de ellas explotaron parcialmente, esparciendo material radiactivo en un área de varios kilómetros cuadrados. La cuarta bomba cayó en el mar Mediterráneo y fue recuperada tras una intensa operación de búsqueda que duró más de dos meses.
El incidente generó gran preocupación a nivel internacional debido a los riesgos de contaminación radiactiva. Estados Unidos desplegó equipos especializados para descontaminar la zona y eliminar el plutonio disperso. Se excavaron grandes cantidades de tierra contaminada, que fueron trasladadas a una instalación en Carolina del Sur. A pesar de los esfuerzos de limpieza, estudios posteriores han indicado que todavía hay restos de radiactividad en algunas áreas de Palomares.
El accidente de Palomares tuvo importantes repercusiones políticas y militares. Fue uno de los factores que llevó a la reestructuración de la estrategia de despliegue de armas nucleares de Estados Unidos, reduciendo la cantidad de vuelos de bombardeo con armas nucleares a bordo. También reforzó la cooperación entre España y Estados Unidos en materia de seguridad y defensa, aunque generó tensiones en la opinión pública española.
A raíz del accidente, se implementaron medidas más estrictas para la manipulación y transporte de armas nucleares. Se reforzó la seguridad en los vuelos de reabastecimiento y se establecieron nuevos protocolos para la respuesta a incidentes nucleares. Además, el caso de Palomares contribuyó a la firma de tratados internacionales sobre la limitación del uso y almacenamiento de armas nucleares.
En la actualidad, Palomares sigue siendo un lugar marcado por el accidente. Se han realizado varios estudios sobre el impacto ambiental y la posible presencia de residuos radiactivos en la zona. Aunque la contaminación fue en gran parte eliminada, algunos informes han señalado que aún quedan pequeñas concentraciones de plutonio en ciertas áreas. A pesar de ello, la zona sigue habitada y no ha habido restricciones significativas para la población local. El accidente de Palomares sigue siendo recordado como un evento clave en la historia de la Guerra Fría y un ejemplo de los riesgos asociados al manejo de armas nucleares.